Nadar desnudas – Carla Guelfenbein

A la fecha solo he leído dos libros de Carla Guelfenbein y ya me declaro un adicto a sus palabras. Con una prosa sutil enmarca buenas historias y enternece sin caer en lugares comunes. Sus narraciones se caracterizan por un estilo directo, sin mayores pretensiones, que van a las emociones como los pies al suelo. Creo que es ese motivo y no otro el que me hace querer devorar lo más pronto posible, y a la vez dejar para el final de mi lista interminable de libros por leer, a La mujer de mi vida y El revés del alma. Es esa forma cercana, distante, compasiva, bestial que tiene la autora de acercarse al alma del ser humano que me hace escribir estas líneas con una sonrisa en los labios, como si pudiese estar dentro y fuera de la escena, con una visión tan detallista como holística que ganas me dan de tener tal talento y dedicarme a la literatura de por vida.

En Nadar desnudas, Guelfenbein cuenta la historia de Sophie, su padre y su mejor amiga. En los años setenta, una joven Sophie vive una intensa amistad con Morgana, una española pocos años mayor que ella, compartiendo el gusto por el arte, la poesía y una que otra excentricidad. Lo que Sophie no ve es que también comparten el amor por su padre, porque Morgana se siente fuertemente atraída por Diego. Es así que, tras una serie de relaciones causales, esta atracción desemboca en una relación oculta que, con el pasar de los años, tendrá consecuencias no solo para los protagonistas. Casi treinta años después, Sophie buscará recuperar parte de lo perdido, y en el intento irá entendiendo la vida tal como es, con lo bueno y lo malo, aceptando lo que por tanto tiempo buscó negarse.

Nadar desnudas juega inteligentemente con los 11 de septiembre del golpe militar y del atentado contra las Torres Gemelas, de 1973 y 2001, respectivamente, creando un nexo entre ambas fechas que permitirá desenterrar lo olvidado en la vida de este entrañable triángulo. Guelfenbein narra con agilidad una historia interesante sobre la búsqueda incansable de absolución, la necesidad de amor y la lucha contra los fantasmas personales. Una novela sumamente recomendable.

CITAS DEL LIBRO:

  • Sophie cierra los ojos, oprime su nariz con el pulgar y el índice y se lanza de pie. Imagina su cuerpo estrellándose contra el fondo de la piscina. A pesar de que tiene dieciocho años y que no desprecia vivir, a veces piensa que la muerte puede ser tan vasta como la vida.
  • Porque la existencia no resiste este ardor, lo apaga, lo arranca como a las malas hierbas; porque esta intensidad es incompatible con la razón, con la cordura que necesita la vida para seguir su curso y llevarse a cabo a sí misma.
  • De pronto, Diego la estrecha. Su abrazo es tan intenso y absoluto que pareciera surgir del interior de su ser. Aun cuando sabe que lo suyo nace de la atracción que sienten el uno por el otro, y que ese es el límite que Diego se ha autoimpuesto férreamente, por un fugaz momento tiene la certeza de su amor.
  • Quisiera decirle a Diego que los hombres con quienes ha estado son tan solo tres, y que no le importa clasificarlos, que puede hablarle de sus amores al oído, si así lo quiere, describirle los detalles más impúdicos de sus encuentros pasados, decirle que está dispuesta a lo que sea, pero que necesita su abrazo, su mano en su mano, su boca en su boca.
  • Mientras en las calles estallas las bombas y se derriban torres de luz, se olvida del mundo, se vuelca al interior de su incertidumbre, y encuentra en ella una rara profundidad de la cual no quiere salir.
  • Entonces, se pregunta si acaso este momento no será el más feliz de su vida. Tal vez se trata simplemente de decirse a uno mismo: sí, este es el momento más feliz de mi vida, una convicción que al asentarse se abre a otros instantes venideros, aún más felices. Aunque quizás se trate de lo contrario. Al atrapar el momento bajo un rótulo como ese, se inviste de una luz que ningún otro podrá equiparar. Es posible entonces que la única forma de proteger la felicidad sea ignorándola.
  • Para no morir, el amor tiene que ser constantemente perturbado por todo aquello que lo hace imposible.