La última noche que soñé con Julia – Elizabeth Subercaseaux

La ultima noche que soñe con Julia¿Quién no ha escuchado o leído alguna vez el mítico dicho de “no juzgues un libro por su portada”? Pues bien, confieso que yo sí lo he hecho, y he aquí uno de los ejemplos más actuales. La portada de la versión chilena de La última noche que soñé con Julia es maravillosa. Un close-up de un enigmático ojo de matices azulados, con pequeños mechones de pelo alrededor, como si el viento le estuviese dando al rostro escondido que el fotógrafo no quiso que conociéramos. Desde el momento que vi la fotografía, supe que iba a leer este libro, sin importar de qué tratase la trama.

¿Pecado literario? Puede ser, lo único que tengo claro al respecto es que no me arrepiento de haber comprado esta novela y de tener al ojo en cuestión entre mis portadas favoritas de libros contemporáneos. Sin lugar a dudas una portada sugerente. Pero ahora vamos a lo que realmente nos llama, a lo que hay detrás de ese ojo, a la historia que nos invita a descubrir. La última noche que soñé con Julia trata sobre la desaparición de, ¿adivinen quién?, exacto, Julia, en plena inauguración de su nueva casa en El Arrayán. Pero eso no es todo, porque como dicen, casa nueva, vida nueva. Julia acababa de comprometerse en matrimonio -por segunda vez- con un hombre de dinero, lo cual traerá más de un dolor de cabeza a quienes formaban parte de la vida -de la nueva y de la de antes- de la desaparecida. Las investigaciones no dan con ninguna pista, siendo todos sospechosos de la desaparición y posible asesinato de la mujer. Es así que la novela nos sumerge en una intriga que avanza y sorprende con giros y relaciones impensadas entre los personajes, desenterrando historias que más de uno hubiese preferido dejar en el pasado.

Tengo que elogiar a la autora por dos cosas, principalmente: la primera y más importante, mantener el suspenso a lo largo de las páginas y no comete el error de exceder en las pistas ni de concebir al lector como un ser flojo sin gusto por la especulación, por lo que la respuesta del enigma de la desaparición no deja de sorprender. La segunda es la voz de Jonás, el ex esposo de Julia, un hombre melancólico y complejo en cuanto a pensamiento, cuyas reflexiones no dejan de ser interesantes y llenas de intensidad, contraponiéndose a las voces de la aristocracia chilena que la autora ha venido desarrollando hasta el momento.

La última noche que soñé con Julia es un libro que llama la atención y va más allá de la anécdota. Una novela funcional, entretenida, y por sobre todo, que da la lucha y sale airosa cuando se mira bajo los estándares que caracterizan a las historias de suspenso.

CITAS DEL LIBRO:Elizabeth Subercaseaux

  • El mendigo sigue reclamando su cuota de pan en nuestra casa, la viuda del frente sigue echando a escobazos los perros que le desparraman la basura… la vida a seguido rodando y la Gringuita tiene razón, en algún momento tendré que enterrarla.
  • ¿Pero cómo se es feliz sintiéndose un fracasado en un mundo donde el dinero es la única medida del éxito? ¿Cómo se es feliz en un país donde si naciste pobre no tienes derecho a cambiar? ¿Cómo se es feliz en un sistema perverso que siempre privilegia el interés privado?
  • Ella quería una vida mejor, poder vivir el ahora, como decía constantemente, y sabe Dios qué querría decir con eso, pero, claro, todo costaba y yo no ganaba lo suficiente como para irnos a una <<parcelita>>, que ella tuviera su huerta y pudiera darse el lujo de contemplar la naturaleza. Que yo la amara, que tuviéramos una hija maravillosa, casa propia, libros, ¿no valía nada?
  • ¿Que no había amor? ¿Qué diablos quería decir con eso? Si la duración del matrimonio dependía de la pasión, ¿qué pareja iba a llegar hasta el final? ¡Ninguna!
  • Cuando muere el padre o la madre y tú eres chico, te conviertes en actor, de allí en adelante todo lo que haces, lo que dices, y a veces hasta lo que piensas es teatro, no es exactamente lo que parece. Te reinventas. Es la única manera de insertarte en el mundo con semejante cojera.