El lector – Bernhard Schlink

El lector es de esos libros que, una vez que los terminas, te dejan con la sensación de vacío. Un mundo se acaba. Un mundo maravilloso, magistramente desarrollado por el autor. La novela relata la historia de amor de Michael con Hanna, una relación distinta a lo que asumimos por común. Son varios años de diferencia entre ambos -veintiún, para ser exactos-. Él estudia, ella cobra pasajes en los buses de una Alemania anterior a Hitler. La relación que llevan pasa de lo maternal/filial a una pasión desbordada, donde siempre tiene lugar la lectura de grandes autores literarios, porque en esta relación extraña, Michael lee a Hanna constantemente, y es este uno de los hitos principales que desencadenará el resto de la historia de esta pareja, llena de secretos y disyuntivas éticas.

Años más tarde, Michael se rencuentra con Hanna en una situación completamente diferente: se está llevando a cabo un juicio en contra de las guardianas de un campo de concentración que fue incendiado años atrás, en el cual, sorpresa, Hanna participó, por lo cual, en la actualidad, es una de las favoritas para ser enjuiciada como culpable. No seguiré contando el libro porque la idea es que quien se interese lo lea, solo quiero decir que El lector es una obra maestra de la literatura contemporánea, donde las reflexiones del autor sobre las penas retroactivas, el amor y la vida, lo quieras o no, te llegan por su profundidad. En particular, esta es una de las historias de amor más emotivas que he leído y sentido jamás, totalmente verosímil a pesar de las edades y las personalidades de los personajes, donde seguimos a los personajes a través del tiempo y de los escenarios de la vida. Cabe destacar que el año 2008 el director Stephen Daldry llevó este libro a la pantalla grande con una excelente aceptación por parte del público y la crítica, siendo Kate Winslet, la actriz que interpreta a Hanna, premiada como mejor actriz en los Oscar, los Globos de Oro y los Premios BAFTA. A mi gusto, es una de las mejores adaptaciones cinematográficas de una novela, manteniendo el nivel de calidad de la novela de Schlink.

Sin lugar a dudas El lector es un libro recomendable, porque no importa tener una buena historia entre manos, lo importante es saber contarla, y en eso Bernhard Schlink nos da una tremenda lección.

Lea El lector. No se arrepentirá.

CITAS DEL LIBRO:

  • Sobre su rostro de entonces se han ido depositando en mi imaginación sus rostros ulteriores. Cuando la evoco tal como era entonces, la veo sin rostro. Tengo que reconstruírselo (…). Sé que me pareció hermosa. Pero no consigo evocar su hermosura.
  • Si la mirada concupiscente era por sí misma tan mala como la satisfacción del deseo, y la fantasía activa tanto como el hecho en sí mismo, entonces, ¿por qué negarse a la satisfacción y al hecho?
  • ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultamos verdades amargas? ¿Acaso porque en semejante situación no se puede ser feliz? Y, sin embargo, ¡éramos felices! A veces un final doloroso hace que el recuerdo traicione la felicidad pasada. A lo mejor es que la única felicidad verdadera es la que dura siempre. Porque solo puede tener un final doloroso lo que ya era doloroso de por sí, aunque no fuéramos conscientes de ello, aunque lo ignorásemos. Pero un dolor inconsciente e ignorado, ¿es dolor?
  • No será la tristeza pura? ¿Es eso lo que nos sobreviene cuando, al mirar atrás, los recuerdos hermosos se nos vuelven quebradizos, al ver que aquella felicidad no se alimentaba solo de la situación del momento, sino de una promesa que no se cumplió ?
  • No velaba por sus intereses: luchaba por su verdad, por su justicia. Y como siempre tenía que disimular un poco, y nunca podía ser del todo franca, del todo ella misma, aquella verdad y aquella justicia eran lamentables, pero eran las suyas, y la lucha por ellas era su lucha.
  • La espalda y los brazos no tenían ningún olor especial; no olían a nada, pero olían a ella.