Aleph – Paulo Coelho | Rincón de Crítica Literaria
Esta es otra de esas reflexiones que no sé cómo iniciar y que asumo no tendrá más que un par de líneas, porque cuando un libro no me gusta, intento ser lo más objetivo respecto a los por qué, a pesar de que todo lo que escribo se base en apreciaciones personales de lo leído.
Es la primera vez que tomo un libro de Coelho y al terminar un par de capítulos ya tenía ganas de dejarlo a un lado y eliminar de mi biblioteca otros libros de su autoría que me han regalado con los años, pero nunca he dejado un libro a medias. Creo que para opinar respecto a una novela es necesario, al menos, darle al autor la oportunidad de que juegue todas las cartas a su haber.
Dicho lo anterior, Aleph me parece una burla. La historia se basa, al parecer, en una anécdota vivida por el propio autor mientras tomaba el tren transiberiano desde Moscú a Vladivostok, como método para recuperar su fe perdida. En este tren, Coelho experimenta el Aleph junto a Hilal, una joven turca que lo persigue con la convicción de ser necesaria en su vida. El Aleph se refiere a una experiencia donde quienes la viven son capaces de apreciar la energía del Universo en su totalidad, condensada en un único momento, confluyendo presente, pasado y futuro. Por si lo anterior no fuese suficiente, agregamos a la mezcla que Coelho en una vida pasada fue parte de la Inquisición española, torturando a jóvenes mujeres que fueron catalogadas como brujas, o seres endemoniados, no recuerdo bien. Dentro de este grupo de mujeres torturadas, una en particular fue especial para el autor por una relación amorosa nunca vivida, ¿y a que no saben quién era? Pues claro, no podía ser otra que Hilal, la turca desquiciada que en la vida actual lo acecha.
Aleph, a mi gusto, es una experiencia desalentadora. La novela está narrada en distintos tiempos verbales, y no porque así se haya deseado, sino por una falta de rigurosidad en la edición -no sé si es algo que se da solo en la edición en español u originalmente está redactada de la misma manera-, lo que me parece una falta de respeto para los lectores. Aleph es una montaña rusa de cambios de tiempos que, personalmente, perturbó aún más mi lectura. Con esto no me refiero a que se juegue con los tiempos de la historia como tal, aumentando el dinamismo de la novela, sino que el narrador en un párrafo describe una acción en un tiempo verbal y al siguiente en otro, confundiendo. Por otro lado, la historia que a mi gusto era la más interesante, aquella de la inquisición española, apenas se esboza, siendo que podría habérsele sacado tanto provecho.
Punto aparte sobre la historia que se cuenta. Algo que podría llegar a ser interesante, página a página se desinfla con metáforas básicas e historias que no aportan a la línea central del libro. Particularmente, me molestaba leer al autor, en este caso narrador también, como un sabelotodo, un filósofo, un “esta es mi palabra y yo tengo la razón”, porque, y perdóneme quien lea esto, no hay algo que me moleste más en una novela que el autor imponga su punto de vista e intente persuadir al lector de que está en lo correcto, sobre todo si lo hace de un modo tan poco delicado como Coelho en esta poco recomendable novela.
Aleph representa un conjunto de malas decisiones editoriales. Amigos brasileños me advirtieron que no leyera a Coelho, pero creo que todos merecemos una oportunidad y este carioca no podía ser excepción a mi premisa. De todos modos he leído excelentes críticas de El Alquimista. Dicen que no hay primera sin segunda.
CITAS DEL LIBRO:
- El ser humano tiene una gigantesca dificultad para concentrarse en el presente; siempre está pensando en lo que hizo, cómo podría haberlo hecho mejor, cuáles fueron las consecuencias de sus actos, por qué no actuó como debería haber actuado. O si no se preocupa por el futuro, por lo que va a hacer mañana, qué providencias debe tomar, cuál es el peligro que le espera a la vuelta de la esquina, cómo evitar lo que no desea y cómo conseguir lo que siempre soñó.
- ¿Crees en el mundo espiritual? ¿En un universos paralelo, donde el tiempo y el espacio son eternos y siempre presentes?
- Todos cometemos adulterio en el pensamiento, pedimos perdón y volvemos a cometerlo.
- Conozco mucha gente que trata de ayudar a otros solo por apartarse de sus propios problemas.