Lo que Maisie sabía – Henry James

Lo que Maisie sabíaLo que Maisie sabía fue descrita por Borges como «una horrible historia de adulterio narrada a través de los ojos de una niña que no está capacitada para entenderla», y a mi juicio sus palabras describen con precisión quirúrgica esta genial novela de James.

Maisie es una pequeña cuyos padres acaban de divorciarse, por lo que deberá permanecer seis meses en el hogar de uno para luego partir al del otro, en una custodia compartida similar a un partido de tenis. Así conocemos a la pequeña Maisie, de casa en casa, mientras sus padres siguen con sus vidas sin importarles mayormente el bienestar de la pequeña. Ambos se casan nuevamente, y ya no son dos adultos con los cuales la pequeña tiene que convivir, sino que el círculo se amplía a su madrastra y su padrastro, con sus niñeras e institutrices respectivas, utilizando todos a la niña como moneda de cambio para conseguir sus propósitos respectivos. Su padrastro comienza una extraña relación con su madrastra, y vaya, que la historia se ve enrevesada en exceso para los ojos de una niña que navega sin dirección por el mar de la estupidez y mezquindad humana.

Lo que hace de esta novela algo maravilloso y distinto, es que está narrada bajo el punto de vista de Maisie, y el lector solo se entera de lo que la niña ve, escucha o piensa. Y a pesar de ser una niña, Maisie logra poner en la balanza lo que sabe por conocimiento y lo que sabe por intuición, madurando a medida que las páginas avanzan. Porque es ella el centro ante el cual los demás personajes giran, luchando por su amor o aceptación, quién sabe con qué horribles objetivos.

Maisie se enfrenta a lo largo de la novela con un sinfín de hogares, teniendo que definir al fin cuál de ellos es más moral para establecerse. Y aquí James logra presentarnos con una habilidad envidiable una sociedad que se muestra perfecta, pero que que se rebalsa de hipocresía. Maisie, con su visión a veces infantil y a veces no tanto de las cosas, logra que nos convenzamos que en un mundo de adultos, a veces son los niños quienes mejor representan los valores que tanto se mencionan y poco se practican.

CITAS DEL LIBRO:Henry James

  • Una horrible pequeña capacidad crítica, una tendencia, oculta dentro de su silencio, a juzgar a sus mayores, era lo que esta mujer sospechaba en la niña, cuando daba la casualidad de que lo que a esta mujer le gustaba era que las niñas fueran ingenuas y comunicativas.
  • Detrás de todo siempre había algo oculto: la vida era como un corredor muy, muy largo con infinidad de puertas cerradas. Había aprendido que era prudente no llamar a esas puertas: ello parecía provocar al otro lado tremendas risas de regodeo.
  • Hubo una ocasión en que, ante una pregunta particularmente indiscreta por parte de la muñeca, Maisie le respondió —y precisamente respecto del motivo de una desaparición transitoria igual que a ella, a Maisie, le había respondido una vez la señora Farange: «¡Adivínalo si puedes!» Maisie imitó la brusquedad de su madre, pero luego se sintió un poco avergonzada, aun cuando no estuvo muy claro si fue a causa de la brusquedad o de la imitación.
  • Aún seguía con su vieja y astuta manía —la señora Wix la definía como «aristocrática»— de cambiar de conversación de la misma forma que se le puede cerrar a alguien la puerta en la cara.
  • Durante años en el hogar de Beale Farange el monosílabo «él» siempre había hecho referencia, una referencia casi violenta, al señor de la casa; pero ahora eso había cambiado en una época en que los méritos de Sir Claude estaban en el aire de una forma tan evidente que apenas hacían falta siquiera dos letras para nombrarlo.