Contigo en la distancia – Carla Guelfenbein

Contigo en la distanciaHace más de un año que no reseño un libro. Me decía que ya llegaría la novela que me devolvería las ganas de poner en palabra escrita las emociones generadas con la lectura. Y así fue que llegó Contigo en la distancia, libro que, al terminarlo, me dejó con ese vacío que solo te generan las novelas que te remueven algo en el alma.


Conocemos el trabajo de Guelfenbein a través de El revés del alma (2002), La mujer de mi vida (2005), El resto es silencio (2008) y Nadar desnudas (2012). Dejó la vara alta para su nueva novela, Contigo en la distancia, pero el salto fue aún más sorprendente de lo esperado, siendo galardonada con el XVIII Premio Alfaguara de Novela. De la obra, el jurado estableció que es «una novela de suspense literario construida con gran eficacia narrativa en torno a un memorable personaje femenino y al poder de la genialidad. La autora ha sabido entrelazar amores y enigmas con una escritura a la vez compleja y transparente».


Nada de esto es casualidad. Las novelas de Carla Guelfenbein se caracterizan por una prosa tan limpia como instrumental quirúrgico, personajes humanos −distinto a tener simples personajes, ojo con eso− y un universo de imágenes e intimidad siempre dispuesto a hacer de la historia algo inolvidable. Y se caracterizan por el amor, cómo no, por ese amor y la exposición en carne viva de las relaciones humanas. Contigo en la distancia no es la excepción a las reglas que han cimentado el camino al reconocimiento de la autora.


La historia: Corren los años cincuenta y Vera Sigall vive un romance inolvidable con Horacio Infante, con quien también comparte su pasión por las letras. En la actualidad, Vera es una gran escritora que un día sufre un extraño accidente y cae por las escaleras de su casa, quedando en estado de coma. Daniel, joven arquitecto y confidente de Vera, tiene la certeza de que aquello no fue accidental y no descansará hasta dar con la verdad. Se hará acompañar de Emilia, una peculiar francesa que ansía encontrar las claves del pasado de Vera mediante el estudio de su obra. Es así que la historia entreteje los destinos de estos cuatro personajes, donde la búsqueda de la verdad del otro termina inexorablemente en el esclarecimiento de los mundos íntimos.


El personaje de Vera Sigall se basa en la autora brasileña de origen judío Clarice Lispector, a quien Guelfenbein rinde homenaje a través diversos pasajes de su obra. Por otro lado, el libro explora el quehacer literario, profundizando en los procesos de creación y los mecanismos de la ficción en la literatura.


Contigo en la distancia es una novela compleja y delicada, que con un notable trabajo de prosa ahonda en los afectos, en las imposibilidades, en el amor que como una semilla brota a través de las fracturas. En fin, en todo aquello que nos hace humanos. Una delicia literaria.


CITAS DEL LIBRO:Carla Guelfenbein



  • Hay momentos así. Momentos que con el tiempo se transforman en fábulas compartidas. Los reconstituimos con el fin de acomodarlos a nuestra historia y transformarlos en algo que podemos atesorar.


  • El pasado es así, supongo. Necesitamos congelarlo en una dimensión única para poder manejarlo, sabiendo, sin embargo, que al hacerlo estamos soslayando su compleja verdad.


  • Es que no sé cómo comenzar. Se supone que uno empieza siempre por el principio, pero ¿dónde de verdad comienzan las cosas? Jérôme, Jérôme −repitió y se llevó la mano a la barbilla en un gesto pensativo-.


  • Ahí estábamos, Julián durmiendo en la que hasta hace algunas semanas había sido mi cama, ella y yo amándonos en silencio, y sentí una alegría en cuya tela estaba entretejida la ansiedad y la tristeza de saber cuán efímero era todo, cuán frágil.


  • Hasta entonces nada tremebundo había ocurrido en nuestra historia que justificara el sitio donde nos encontrábamos ahora, más que un cúmulo de silencios, de olvidos, de descuidos, de exigencias, de pequeñas contrariedades, que día a día se fueron depositando en nuestras vidas, como un polvo invisible e inofensivo. Tal vez el error fue dejar que ese polvo poco a poco lo cubriera todo, hasta que no pudimos distinguirnos con nitidez.


  • De pronto entendí esa necesidad, humana al fin, de darle sentido a aquello que hiere, de amortiguar el dolor, otorgándole a la desgracia una dimensión más grande que nosotros mismos.