La mujer que buceó dentro del corazón del mundo – Sabina Berman
Como el mar. Con olas, con ese vaivén propio del agua. Con arena, también. Con brisa y sal. Con todo lo que el mar implica, así es la obra de Sabina Berman. A ratos árida, a ratos húmeda. Una novela diferente a todo lo que he leído previamente, y eso la hace maravillosa, porque no puedo encasillarla ni asemejarla a ninguna otra historia antes leída. Una obra hermosa, una oda a la vida.
Karen Nieto es una niña sumamente particular que, gracias a su tía Isabelle, aprenderá habilidades básicas para desenvolverse en un mundo predeterminado por otros. Estudiará Zoología y llegará a ser la empresaria más importante de la pesca de atún del planeta. Karen mostrará sus dificultades para entablar relaciones y percibir el mundo como el resto de los mortales, descubriendo belleza y desazón en cosas que para otros serán meramente mundanas. Heredera de la atunera de su bisabuelo, buceará entre los peces del mar y los humanos que la rodean para comprender su lugar en el mundo. Una mujer profunda, interesante y llena de vida, que aportará un grano de arena a nuestra forma tan estandarizada de ver las cosas. Porque el ser discapacitado no implica no ser capaz de hacer cosas, de cumplir sueños, de dejar una huella en el mundo. Y Karen entiende esto como una misión, como algo que va más allá de ella y de su entorno humano, porque sus atunes son para ella tanto o más importante que las personas. ¿Y cómo no, si también son seres vivos? La mujer que buceó dentro del corazón del mundo es una historia entrañable, de esas que se quedan contigo y quieres que te acompañen, porque son especiales, porque marcan, llegan a esa parte de ti que si pocos humanos llegan, menos historias lo harán. Alma, le dicen.
Sabina Berman juega con sus propias teorías filosóficas y las plasma en una protagonista ansiosa, llena de dudas e intereses por lo que nadie se interesa -y entendamos esto como una lección de vida-, haciendo de cada capítulo una historia interesante per se, sin desmerecer la trama general de la novela, que es una bomba y no te suelta. Más allá de toda la belleza y las características que hacen de Karen un ser único y adorable, Berman nos entrega una historia profunda sobre la forma de vivir del ser humano, el pensamiento crítico y la falta de inclusión social de quienes somos distintos, planteando también ideas respecto a la concienciación ambiental, a la soledad humana -y animal- y a la tendencia de lazos afectivos cada vez más superficiales en una sociedad ensimismada.
Sin duda alguna, La mujer que buceó dentro del corazón del mundo es una novela a destacar. Abarca tanto de forma tan sutil, que dan ganas de releerla y hacer el bien, de volver a la inocencia, a la ignorancia, tal vez, y tener fe así en que el mundo puede ser un lugar mejor sin importar lo que haga el otro, sino que lo que tú entregas ya hace una diferencia, sin importar si es a un rey o a un cangrejo. Veamos cuántos somos capaces de bucear dentro del corazón del mundo y deslumbrarnos con todo lo que hay para dar. Y gracias a la autora por regalarnos esta lección.
CITAS DEL LIBRO:
- Entonces una ola se alza muy alta y se desploma y con un estruendo la niña ya no sabe de sí, desaparece para sí, no está, ¿dónde ha quedado ese Yo?: esa estructura frágil formada de palabras se ha esfumado y en su espacio queda un No Yo enorme: el mar.
- Lo apunto porque esa ha sido la gran diferencia entre Yo y mi tía: ella cree que las palabras son las cosas del mundo y en cambio yo sé que son solo pedazos de sonidos y las cosas del mundo existen sin necesitar de las palabras.
- Un día vi en el muelle algo que me cambió la vida. Ya sé que hace una hoja escribí que el traje de buzo me cambió la vida y creo que hace otra hoja escribí que trabajar en la atunera de mi bisabuelo me cambió la vida. Pero es que de verdad en ese tiempo la vida se me cambió para siempre a cada rato.
- Su mundo de humanos standard: una burbuja donde nada sino lo humano es oído o visto realmente, donde nada más que lo humano importa y lo demás es paisaje, mercancía o comida.
- Son gente silenciosa los animales marinos, por eso me gusta estar entre ellos. No hablan, y por eso no inventan cosas que no son.
- El otro día le pregunté a mi tía qué era Dios. Me contestó que, que Dios es todo lo que no conocemos. A todo lo que no conocemos le ponemos una etiqueta: Dios.
- Son las personas con capacidades diferentes las que aportan cosas diferentes a la humanidad.
- Creo que sostener a diario la fantasía de que uno primero piensa y luego existe es lo que hace tan cansado ser un ser humano, o en mi caso pretender serlo.
- El cuerpo humano siempre está incómodo y soñando por dentro otras cosas que sí lo hacen feliz.
- Nacemos en una bodega de vejestorios. De palabras viejas. De oraciones hechas. De costumbres hechas. De formas de vivir ya vividas.
- Nos dedicamos a existir, que es para mí desaprender la prisa. Soltar los músculos de mi corazón y dejarlo latir a su ritmo. Volver a estar en el calor del sol sin pensar el calor. Comer cuando el hambre tiene hambre y obedecer el sueño que llega cuando la noche llega y la oscuridad cubre las cosas, y las cosas en la oscuridad pueden descansar.